Hace unos meses me preguntaron si le tenía miedo a la IA como diseñador de experiencia. Me reí y dije “no, para nada”. Pero la verdad es que sí me generaba cierta incomodidad. No miedo exactamente, pero sí una especie de “¿y ahora qué hago yo que la IA hace flujos, textos y hasta entrevistas?” 😅
En el día a día, trabajo con herramientas como Figma, Miro, Maze, Notion... y cada vez más cosas se están automatizando. La IA ahora te resume entrevistas, te da ideas de mejoras en tus flujos, incluso te puede crear una propuesta visual de todo un journey map sin que tú hagas mucho. Y aunque eso suena útil (y a veces lo es), también es medio aterrador. Porque, ¿dónde queda nuestro criterio, nuestra voz, nuestra intuición?
¿Nos reemplaza o nos potencia?
Creo que esta es la gran pregunta que muchos diseñadores nos estamos haciendo. He leído muchos posts, tweets, escuchado podcasts donde algunos están full emocionados con la IA y otros más bien en plan apocalipsis.
La verdad es que sí puede reemplazar parte del trabajo, sobre todo el más mecánico o repetitivo. Pero si solo haces tareas mecánicas como copiar un flow de otra app o seguir tendencias sin pensar… bueno, ahí sí preocúpate. 😬
El verdadero valor, al menos en mi experiencia, sigue estando en el pensamiento estratégico, en el análisis profundo del usuario, en esa capacidad de conectar puntos que todavía la IA no tiene. O no tan bien. A veces le das un prompt buenazo y te devuelve algo súper plano. Y toca rehacer.
¿Qué me ha servido hasta ahora?
Usar IA para tener un primer borrador: me ayuda a no empezar de cero. Pero nunca lo dejo tal cual. Siempre lo reviso.
Preguntarle a la IA cosas que a veces uno no tiene tiempo de investigar, como qué están haciendo apps similares, o cómo resolver un pain point. Pero eso sí, yo decido si eso que dice aplica o no.
Redactar copies más rápido. Eso sí ha sido un golazo. A veces me clavo con una frase y ChatGPT me da 10 opciones y de ahí yo escojo.
Cosas que no le dejaría a la IA (por ahora)
Hacer entrevistas a usuarios. Puede que ayude a analizar patrones de texto, pero la interacción humana tiene matices que no puede captar.
Tomar decisiones de diseño sin contexto. Muchas veces me da propuestas que no consideran el negocio, los recursos del equipo, o incluso lo que ya se validó antes.
Definir una arquitectura de información completa. Te da ideas, pero muchas veces no considera la lógica interna de tu producto ni la manera en que los usuarios lo entienden.
¿Qué sigue?
Estamos en una etapa de transición. Aprender a trabajar con IA no es opcional, es parte de la evolución. Así como aprendimos a usar nuevas herramientas o adaptarnos a metodologías ágiles, ahora toca aprender a co-crear con máquinas.
Pero ojo, que no se nos olvide que estamos diseñando para personas. Y eso no cambia, al menos por ahora.
Si tú también estás usando IA en tus procesos de diseño, me encantaría leerte. ¿Qué te ha funcionado? ¿Qué no? ¿Te emociona o te asusta?
Hasta el próximo post 🙌
— Jose